domingo

CARTAS A LA MUERTA




Marchamos juntos, como tantas veces en la que hemos caminado, pero esta vez no te tomaba de la mano, estábamos juntos pero no en contacto. Tu ya habías partido, yo solo acompañaba un cuerpo inerte, bello, pero sin vida.

Un coro alrededor tuyo acompañan las lágrimas que aun no recorren mis mejillas. Tal vez piense que no es verdad, que solo estas trabajando, llegará la noche y te abriré la puerta, que podré besarte y sentiré tu olor una vez más. Eso es lo que mas lamento, sentir el formol y no tu aroma.

El rojo escarlata de la tarde manchaba mi rostro de sangre, esperaba no fuera la tuya. Fue entonces que escuché los cánticos, que sin estar cerca sentí el peso de tu ataúd y no pude contenerme, perdóname frialdad, porque sufrí. Sentí los lagos que era capaz de llenar con este llanto al perder otro trozo de mi alma. Ya he perdido tres partes y hoy no se si podré seguir viviendo Te maldigo dios de los católicos, pues sin creer en ti haces que complete mi ciclo de muerte, mi cercanía a la muerte. Solo espero, si aquel dios me tiene piedad, hundirme en la oscuridad pronto y acompañarte.

Los insectos que pronto recorrerán tu cuerpo ahora recorren mis manos. La tierra que pronto cubrirá tu cuerpo, impregna su olor en mi nariz. Y yo solo recordaba, en mi lamento y pérdida, aquellas palabras que ficticias no me dejaban tranquilos en sueños: ¡tú la mataste!


***

“Ya son dieciséis años de haberte conocido, de los que solo doce tengo recuerdos; quince meses de verte enferma, mi tortura; un año desde que estas muerta, mi delirio; y muchas horas de extrañarte con una cárcel al rededor, escuchando decir a mi secreto el motivo de tu partida y yo, solo por dentro, llorando.

No puedo ir a un cementerio, sabes que los detesto. No, no lo hago por ti, te extraño tanto, pero no me pidas que vea tu nombre grabado en piedra o visite solo huesos, ya no estas conmigo y no puedo hacer nada contra eso. Tal vez escribirte sea el único camino y en mi demencia creer que puedes llegar a leer lo que escribo y no tengo motivos para esperar una respuesta, quizás eso lo haga mas doloroso.

He dejado en creer en muchas de las cosas que me enseñaste. He olvidado las señales de la fe, he olvidado como sonreír, he perdido noción del tiempo; ya no se nada ni de ti ni de mí ni de nadie. Me he dicho a mi mismo que debo continuar, que no debo detener mi vida… esta bien, te obedeceré… o al menos lo intentaré”

Escuché los pasos de alguien acercándose, me sentí nervioso, rompí el papel y me marché.

***

“La vida me ha sorprendido, nunca pensé que fuera capaz de sucederme algo así, no al menos después de tu partida. No se que decirte. Si lo que dicen tus padres es cierto, que desde arriba me estas observando, tu ya debes saberlo; pero he preferido contártelo yo mismo. Me he enamorado. No se trata de cualquier persona, si entiendes a lo que me refiero, espero que este feliz con mi decisión.

Esto no significa que vaya a cambiar, eso seria imposible, lo sabes. Pero tu misma lo dijiste, no puedo detener mi vida y creo que voy a arriesgarme en esta relación, va a ser difícil, lo se, pero valdrá la pena intentarlo.

Me he atrevido a venir, dije que no lo haría pero me he engañado a mi mismo y aunque no crea en estas cosas, me he sentido obligado a venir; debes de estar molesta por eso, siempre me dijiste que no dejara de lado mis ideas, te lo prometo, será solo esta vez. Escribo hoy sobre tu tumba y no ha servido de nada, esperaba sentirte mas cerca al estar acá, pero no tiene ningún sentido que eso pase. Solo me queda pensar que en aquellas hormigas que suben por mis piernas te encuentras tú intentando abrazarme. Gracias por haber estado siempre conmigo. Ahora, intentare olvidarte”

- ya terminé, abuelo.
- Espérame un momento, yo aun quiero quedarme un poco más.

Con el olor a muerte impregnado en mi ropa, caminé entre las otras tumbas sin algún motivo en especial, solo esperaba. Observé el cementerio en su amplitud, todo era tan ambiguo. De que sirve lo bello de aquel campo a quienes no pueden observarla, cual era el sentido de aquella extraña belleza en el granero de la muerte, no lo se, pero esta vez prefiero no llorar.



***
La luz de la lámpara iluminaba la habitación; no muy lejos del escritorio se le escuchaba tecleando con rapidez, claramente se le notaba inmerso en lo que hacia. La imagen de la computadora se reflejaba en sus lentes nítidamente y la luz de la misma iluminaba su rostro. Tenía los ojos fijos en la pantalla, el silencio era total y aparentemente nada podría distraerlo. Nada excepto el ruido de unas llaves abriendo la puerta del apartamento. Se levanto de un sobre salto, pero rápidamente entendió y volvió a escribir. Minutos después la puerta del estudio se abrió.
- Estabas aquí – le dijo desde la puerta – pensaba que ibas a salir.
- Me es mas cómodo trabajar en casa – contesto sonriendo - ¿Qué tal tu día?
- Pesado, tuve que atender a mucha gente, pero pude salir temprano – se besaron.
- Que bueno amor – volvieron a besarse.
- ¿Qué hacías?
- Escribo una carta.
- ¿Para quién?
- Es una larga historia – hizo que se sentara en sus piernas y volvieron a besarse. Sin predecirlo, casi instantaneo, la oscuridad de la habitación dio paso al amor.

En la pantalla del computador podía leerse algunas líneas resaltadas:

“…
[…]Bailemos.
Seamos dos espíritus
ambulantes
y embriagados de amor.

Demos pasos torpes,
pero nuestros al fin y al cabo.
Caigámonos un par de veces,
y riámonos juntos.

Bailemos,
bailemos juntos por la vida
creemos un sendero juntos,
un sendero que quiero atravesar contigo.

Con estas palabras he declarado mi amor. Ojala estés feliz por mi, por que yo si lo estoy. Ya debes estar enterada, pero no puedo dejar de contártelo. Lo que intento decirte es que me he casado…”

***

“Hoy he soñado contigo. Quizás pensabas que te había olvidado y decidiste meterte a mi cabeza o es que solo me estoy volviendo loco y estoy buscando la manera de encontrarte. Has pasado por caminos que no conozco y no que no quiero encontrar aun, tengo una buena vida con la persona que amo y el hijo que hace mucho mas felices mis días, cuando sea el momento podrás conocerlos, pero aun no es el momento.

Te escribo por que sentía que estaba perdiendo tu recuerdo, ni las fotos ni tu retrato pueden regresarme aquella vieja imagen que tenía de ti. Algo debe haber cambiado, no lo se, quizás solo se que estoy feliz…”

***

“Por alguna razón, quizás no una de las mejores, han resurgido esos recuerdos oscuros y dolorosos de tus últimos días conmigo. He recordado haber llegado del viaje y no haberte encontrado, sentir ese vació y miedo prematuro, sabia que algo no andaba bien. No mucho después me entere de la gravedad de tu enfermedad.

Te vi postrada en una cama de hospital casi inmóvil pero lo suficientemente capaz para poderme decir: te amo. Tú, siempre tan ágil y sonriente, estabas cansada, sin ánimos y sin poder moverte. Mire en la profundidad de tus ojos, pero no encontré respuesta. Tu razón se estaba esfumando. Sufría de noche y me ocultaba de día, no quería vieras mi expresión vacía. Luego, te dieron de alta en el hospital.

Comenzaste a mejorar, creí en la esperanza y los milagros, a los pocos dias recordé lo que era sonreír. Pero la gracia se acabo tan rápido como llegó. El tratamiento te hizo perder el cabello, pero aun cuando tu imagen comenzara a desaparecer y tus facciones a borrarse, aun así no dejabas de intentar verte bella. Desapareciste, tus palabras se fueron apagando hasta hacerse nada, podías mirarme, pero solo eso. Ya no hablabas. Toda tu te fuiste perdiendo, quizás por que quisiste, quizás porque ya no podías hacer nada, no lo se. Lo peor ne esos momentos es que solo podía servir de espectador.

Ahora creo que tu moriste mucho antes de hacerlo, tu silencio y tu falta de movimiento solo te hacían un cadáver con los ojos abiertos, quizás era así, yo lo veo de esa manera; si tan solo pudieras explicármelo. Si tan solo pudieras explicarme por que te fuiste, por que me dejaste, no puedo entenderlo maldita sea, a pesar de todo, no puedo saber por que te fuiste. El día en que tu cuerpo quiso acompañar a su alma me tomo por sorpresa, no fue el mejor de los espectáculos sabes, ver a tu cuerpo temblar, verte convulsionar sin poder respirar, escuchar a tu madre gritar de terror y tener que soportar que hayas tenido que volver al hospital.

Después de eso solo pude verte un vez mas por muy corto tiempo, no por que no se haya podido es que se me hacia tan difícil saber que tan cerca estabas de irte que no podía ni mirarte. Ese día nunca podré olvidarlo por que, aunque al principio no lo supe, te despediste de mi cuando dijiste: Se feliz, no importa con quien.

A los pocos días escuché a tu padre darme la noticia de tu muerte, fue un momento tenso; él intentando ser fuerte por mi y yo intentando ser fuerte por el, una perdida de tiempo realmente. Estuve sin moverme por algunos minutos, pero no tardé en reaccionar cuando note que aun quedaban muchas cosas por hacer, iba a haber un velorio teníamos que alistarlo todo. Siempre me dijiste que era bueno mintiendo y así lo hice, la mayoría pensaba que no había tomado tan mal la noticia.

Marchamos junto con las flores que te habían regalado, esa fue la única vez que deteste las rosas, ya te había perdido totalmente, ya no quedaba ni el esbozo de una sonrisa. Ya no existías. Llegamos al cementerio, algunos hablaron, yo difícilmente podía gesticular solo sentía recorrer las lagrimas mis mejillas. Luego de la ceremonia habitual, comenzaron a enterrarte y yo no quería dejarte ir, buscaba la manera de salirme de mi ensimismamiento para poder hundirme contigo y acompañarte con los gusanos que serian parte tuya no mucho después.

Luego de tu partida solo el dolor y ningún deseo por vivir. Pero todo tiene un fin ¿verdad? Me enamore cuando creía que el amor ya no existía, me enamore de quien no esperaba hacerlo, solo lo hice y punto; y se que estuviste alegre por mi.

Pasaron los años, solo te he visitado una vez, tu y yo sabemos que esa sería la única; he cambiado mucho. Me he casado con un hombre maravilloso. Tengo un hijo al cual puedo darle todo lo que me enseñaste. Soy feliz y eso es lo único que importa. Puede que me hayas hecho falta pero no podía hacer nada contra eso, solo me quedaba sobrevivir. Lo se, se que el camino que he tomado ha sido difícil, que pude haber pasado por menos problemas, pero ha valido la pena pasar por todo eso.
Nos encontraremos pronto, me ha llegado la vejez y en algún momento tendré que irme como lo hiciste tú. Espero haber podido escribir todos los libros que pude, espero haber amado lo suficiente, espero haber disfrutado de la vida que me diste; espero muchas cosas, pero ahora hay tan poco tiempo.

Hemos pasado dieciséis años juntos, de los que solo doce tengo recuerdo; lo sé, han sido mas de dieciséis años, ha sido toda una vida, pues siempre te he tenido presente.


Te amo, mamá.”

Cerro la carta y la puso encima de su velador, se hecho en la cama al lado de su pareja, cerro los ojos viendo antes el ocaso y se dejó morir.

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